La piel y sus cuidados: ¿Cómo identificar nuestro tipo de cutis?

¿Cuántas veces nos hemos visto ante la disyuntiva de no saber qué producto elegir para el cuidado de nuestro rostro, porque no sabemos a ciencia cierta cuál es el que mejor nos conviene?

Por lo general, sólo un especialista responderá nuestras inquietudes sobre el tema, pero a través de este artículo te ayudaremos a identificar qué tipo de piel tiene tu rostro y cómo ayudarte a protegerlo. Cualquier mala decisión en este sentido, puede traer consecuencias lamentables e incluso, irreversibles.

El sol, las bajas temperaturas, la humedad, la contaminación ambiental y el clima, entre otros, son factores que pueden provocar graves daños en tu rostro, sobre todo si el cutis no es protegido en forma adecuada.

Hace muchos años, sólo se identificaban tres tipos de piel para el cutis. Los avances en Dermatología han permitido ampliar el espectro, siendo los siguientes los que mejor los engloban:

·         Piel normal. De apariencia tersa y textura muy suave. Está bien hidratada y se caracteriza por tener los poros diminutos y cerrados, lo que impide la formación de espinillas e impurezas; tampoco presenta descamación ni la consecuente sensación de tirantez.

·         Piel seca. Este tipo de cutis no tiene humedad y generalmente sus poros son finos, lo que da apariencia opaca; es áspera al tacto, de fácil descamación e irritación, más propensa a agrietarse y envejecer con rapidez. Debe evitarse el uso de jabones y productos que incrementen la resequedad. Las cremas y desmaquillantes deben ser hidratantes y nutritivos.

·         Piel grasa. Tono rojizo en ciertas zonas y/o pálido y amarillento en otras; su apariencia es gruesa, hay brillo excesivo, así como barros y espinillas. Si no se cuida bien, se pueden apreciar bultos de grasa y puntos negros. Este tipo de cutis envejece con mayor lentitud, debido a que es más resistente a los agentes externos gracias a la capa de grasa generada. Debe seguirse una estricta y cuidadosa higiene, además de tratamiento de hidratación ligero con productos no grasosos.

·         Piel mixta. La apariencia es brillante o grasa en algunas regiones, por ejemplo, la llamada zona “T” (frente, nariz y mentón) o H invertida (frente, nariz, y mejillas justo al lado de la nariz), mientras que mejillas cercano a las orejas y contorno de los ojos tienen un poco de resequedad; en este tipo de cutis los poros llegan a estar dilatados y hay cierta tendencia a los puntos negros. Cabe destacar que en el resto del cuerpo la piel generalmente es normal.

·         Piel sensible. Pueden presentar reacciones de irritación o alergia a diferentes agentes de una forma más intensa y frecuente que otras pieles. (Sol, contaminación y/o cosméticos). Tiende a resecarse e, incluso, a generar erupciones, por lo cual requiere productos especiales llamados hipoalergénicos; no es extraño encontrar personas con este problema que, además, tienen el cutis graso o seco.

Lo mejor es darle al rostro los cuidados que necesita, evitando los errores al elegir el producto que le dará lozanía y frescura a tu piel. Por ello te sugerimos que consultes a un especialista para determinar tu tipo de piel y qué productos serán los más adecuados para su limpieza e hidratación.

Dra. Ingrid Rivera
Unimel

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