Toxina botulínica: ¿Dónde y cuándo comenzar con su aplicación?

La toxina botulínica tiene como una de sus funciones paralizar la contracción de los músculos, y se emplea únicamente para tratar arrugas dinámicas. Estas arrugas son las que tienen lugar en la frente, el entrecejo y al lado de los ojos, lugar donde aparecen las líneas conocidas bajo el nombre de ¨pata de gallo¨.

En el caso de su uso con fines terapéuticos, dependerá de la dolencia y de la evaluación y posterior opinión de los médicos especialistas. Pero, en lo que nos atañe en esta oportunidad, en la cual nos referimos al área dermatológica y estética, la mayoría de especialistas coinciden en señalar que los mejores resultados se obtienen entre los 25 y 40 años, debido a la ausencia de flaccidez y a que la piel es más lisa.  

Al momento de aplicar tratamientos con toxina botulínica, cada paciente es diferente y debe ser evaluado y diagnosticado individualmente.

De las características anatómicas del rostro, dependerá más el inicio del tratamiento que de la presencia de líneas de expresión. Relajando la musculatura facial responsable del inicio de estas arrugas, conseguimos prevenir su aparición, de forma más discreta y natural que si comenzamos más tarde.

Es importante recordar que no rellena arrugas ni combate la flacidez facial, y que este tipo de tratamientos sólo deben ser aplicados por médicos especialistas en el área. Ante ello, se hace imprescindible y necesario acudir a un centro confiable para obtener resultados exitosos y prevenir lesiones o complicaciones mayores.

Unimel cuenta con profesionales médicos altamente preparados para tratamientos de este tipo. Acérquese a nuestra sede para obtener una recomendación por especialistas sobre terapias para su piel.

Dra. Ingrid Rvera

Unimel

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