Botox: En búsqueda de la eterna juventud

Desde tiempos inmemoriales, tanto para mujeres como para hombres, la búsqueda de lo que hemos denominado la “fuente de la eterna juventud” se ha constituido en todo un reto. Constantemente nos vemos indagando acerca de posibles tratamientos que pudiesen devolver a la piel la frescura y encanto de nuestros “años mozos”.  ¿Quién no desea verse, en apariencia, mucho mejor? ¿Quién no desea mantenerse joven y aparentar menos edad de la que realmente posee?

La ciencia médica y la industria cosmética no han dejado de trabajar en ello, tratando de descifrar cuál es la mejor sustancia a desarrollar, y así, complacer la ingente demanda de millones de personas que quieren mejorar su imagen, sobre todo disminuyendo cicatrices y/o líneas de expresión.

Durante los últimos años se viene hablando de un tratamiento novedoso, de rápidos resultados, capaz de devolver al rostro la firmeza y lozanía perdidas, con resultados inmediatos.

Esta sustancia, es una neurotoxina elaborada por una bacteria llamada Clostridium botulinum que tiene innumerables aplicaciones, sobre todo en la ciencia médica. Nos referimos a la toxina botulínica.

La capacidad de esta toxina para producir parálisis muscular por denervación es aprovechada para ser usada como medicamento en el tratamiento de ciertas dolencias neurológicas, además de su empleo como producto cosmético para minimizar o desaparecer arrugas faciales.

Enfermedades como el blefaroespasmo o parpadeo incontrolable y estrabismo de los ojos, así como la distonía cervical, una enfermedad neurológica que produce contracciones graves de los hombros y el cuello, y la hiperhidrosis o sudoración excesiva de axilas y manos, pueden ser tratadas con éxito, a través de la aplicación localizada, y en manos de médicos especialistas, de pequeñas dosis de esta toxina.

La toxina botulínica en el mundo de la medicina estética y la dermatología.

Las inyecciones de toxina botulínica son el procedimiento cosmético de mayor crecimiento en el sector dedicado a la belleza. Según la FDA (Agencia Americana de Medicamentos y Alimentos), estas inyecciones están indicadas para la mejoría temporal en la apariencia de “líneas de la piel del entrecejo de moderadas a intensas, en personas con edades que oscilan entre los 18 hasta los 65 año. Se considera un tratamiento mínimamente invasivo.

Aunque lo antes indicado representa su única aprobación, en la actualidad un gran número de médicos emplean la toxina botulínica para el tratamiento de las arrugas faciales.

No obstante, está contraindicado en aquellos pacientes cuando se observe infección en la zona donde se va a aplicar, o éste presente hipersensibilidad a cualquiera de los componentes del producto en especial para algunos tipos de toxina a la albumina.

En Unimel nos esmeramos en hacer un diagnóstico de las necesidades de cada paciente, ofreciéndole los mejores tratamientos de manos de especialistas, y así satisfacer sus requerimientos.



Dra. Zulay Rivera
@zulayderma
Unimel

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