Colágeno: Firmeza y flexibilidad
El colágeno es una proteína, cuya función es mantener unidas las estructuras de nuestro organismo. Engrana en el tejido conectivo de nuestro cuerpo a las células y está presente en músculos, tendones, ligamentos, piel, huesos, cartílagos, tejido hematológico y tejido adiposo.
El paso del tiempo es el enemigo número uno de la producción de colágeno en nuestro organismo, al irse reduciendo progresivamente. Al llegar a los 40 años, solo producimos la mitad de colágeno que producíamos durante nuestra adolescencia. Las consecuencias de este descenso de la proteína saltan a la vista: pérdida de elasticidad y flexibilidad de la piel, manchas en la piel, dolores en las articulaciones, dolores musculares, osteoporosis y otras dolencias.
El colágeno es fundamental para otorgarle firmeza y flexibilidad a la piel. De modo tal que el aspecto de nuestra piel, cabello y uñas depende en gran parte de esta proteína. Aunque la edad es determinante en los niveles de producción de colágeno, existen tratamientos que contienen esta proteína como ingrediente activo.
En síntesis, el colágeno es la proteína que sostiene la piel y es la proteína más compleja del tejido conectivo, por lo que la falta del colágeno provoca una falta de firmeza y un incremento de la flacidez.
¿Cómo reponemos colágeno?
El organismo no pierde colágeno. Solo dejamos de producirlo con el transcurrir de los años. Es en ese momento cuando empezarás a notar molestias en las articulaciones y una reducción de la flexibilidad. Si eres deportista, verás que te es más difícil llegar a objetivos que antes sí eran asequibles. Tu piel, cabello y uñas pueden hacerse más débiles.
Para fabricar colágeno, como para producir cualquier proteína, el organismo combina distintas unidades o aminoácidos para formar cadenas peptídicas largas. Si ingieres carne o pescado, ya estás ingiriendo una abundante cantidad de colágeno a través de la dieta. Por su parte los vegetales aportan algunos de estos aminoácidos y varios precursores químicos necesarios para su producción.
Una vez en el organismo, las proteínas contenidas en los alimentos que consumes no van directamente a las células. El sistema digestivo se encarga de romperlas para obtener las distintas piezas que las integran y utilizarlas para construir nuevas moléculas. Y lo mismo pasa con los suplementos ricos en colágeno: al igual que los procedentes de la carne, es descompuesto en sus unidades fundamentales.
Al añadir polvos y pastillas de colágeno a tu dieta diaria, haces que aumente la cantidad de aminoácidos que tu cuerpo puede emplear para fabricar más volumen de esta proteína. Ello no necesariamente se traduce en el aumento de su producción. Además, no se sabe bien si la escasez de estas unidades de construcción es la principal responsable de la degeneración de la piel y otras partes del cuerpo, como las articulaciones, pues hay otros muchos factores involucrados, como el deterioro de la elastina, otra proteína dérmica, y el estrés oxidativo del ambiente.
Otros especialistas recomiendan la ingesta de colágeno para prevenir los efectos que puede ocasionar su pérdida: envejecimiento prematuro, enfermedades óseas, dolores musculares, pérdida de la firmeza de la piel a partir de los 30. La cantidad diaria de suplementos de colágeno es recomendable consultarla con nuestro médico para que evalúe la prescripción según nuestras necesidades.
Dra. Ingrid Rivera
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