Incontinencia urinaria, plasticidad vaginal exagerada, prolapso… El tensado vaginal puede ser la solución

Luego del proceso del parto, en el cual los músculos de la pelvis y el periné se ensanchan para permitir el paso del cuerpo del bebé, muchas mujeres no consiguen que esas estructuras vuelvan a  su estado natural, no obstante que las mismas están preparadas para servir de canal de tránsito para que venga al mundo un nuevo ser humano. 

De igual manera, el paso del tiempo ocasiona la pérdida de la concentración de colágeno y elastina de la piel así como la disminución de los niveles hormonales de estrógeno, propiciando también el ensanchamiento del canal vaginal.

Adicionalmente algunas féminas también presentan una elasticidad exagerada de los tejidos, lo que hace que su vagina sea muy laxa, aunque nunca hayan pasado por el proceso de parto.  Estas pacientes manifiestan dificultad para lograr el placer sexual e, incluso algunas de ellas son diagnosticadas con algún grado de prolapso genital, que puede acompañarse de incontinencia urinaria.

Desde hace aproximadamente unos 15 años, una nueva técnica vino a resolver tan incómoda afección, logrando reducir sensiblemente al diámetro del canal vaginal. Este procedimiento médico lo conocemos con el nombre de Tensado Vaginal, el cual es no quirúrgico y por lo tanto no invasivo, en el cual se emplea el efecto térmico de la luz láser, que logra la contracción y tensado del canal vaginal.

¿Cómo actúa Fotona?

En Unimel realizamos el tensado vaginal con el láser Fotona que, además del efecto tensor en las paredes vaginales, fomenta la creación del nuevo colágeno para mejorar y reforzar el soporte y disminuir problemas de incontinencia urinaria.

El procedimiento de la aplicación del láser, no toma más de 15 minutos y no requiere anestesia. Se realiza como una consulta ginecológica normal en la cual, a través de la colocación de un espéculo especial,  se introduce la pieza de mano del láser Fotona, el cual transmitirá la luz mediante un cono de oro reflejándose 360 grados, calentando toda la superficie de la vagina, disparando en cada segmento de la longitud vaginal, y se realizan varias pasadas y reforzamiento en el anillo de constricción vaginal (punto G)

Entre sus beneficios, las pacientes reportan una mejoría de la sensibilidad y el placer sexual, acortando el tiempo para alcanzar el orgasmo. Este tratamiento puede ser aplicado en cualquier mujer con una vida sexual activa. 

Asimismo disminuye la predisposición de sufrir de prolapso vaginal y de incontinencia urinaria de esfuerzo.  No necesita preparación previa. No se conocen contraindicaciones ni complicaciones.

Solo se recomienda no mantener relaciones sexuales hasta después de las 48 horas del tratamiento.

Dr. Víctor Ollarves /Unimel

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