Ritmo circadiano: Al son de tu cuerpo

¿Por qué dormimos por las noches y estamos despiertos durante el día? Nuestro organismo responde principalmente, en estos casos, a la luz y a la oscuridad.


Lo anterior, es un clásico ejemplo de un caso de Ritmo Circadiano relacionado con la luz. Estos se encuentran plenamente identificados en la mayoría de los seres vivos, incluidos los animales, las plantas y muchos microbios.

Se han identificado factores naturales en el cuerpo que producen ritmos circadianos; sin embargo, las señales del ambiente también los pueden afectar. La principal señal que influye es la luz del día, la cual puede activar y desactivar los genes que controlan la estructura molecular de los relojes biológicos. El cambio de los ciclos de luz-oscuridad puede acelerar, desacelerar o reiniciar los relojes biológicos, así como los ritmos circadianos.


Para entender un poco en qué consisten los ritmos circadianos, hay que conocer qué es un reloj biológico, dispositivo de tiempo propio de un organismo. Se compone de moléculas específicas (proteínas) que interactúan en las células de todo el cuerpo. 

Los relojes biológicos se encuentran en casi todos los tejidos y los órganos. Los investigadores han identificado genes parecidos en personas, moscas de la fruta, ratones, hongos y muchos otros organismos que son responsables de producir los componentes del reloj. Producen y controlan el funcionamiento de los ritmos circadianos.

El ritmo circadiano puede influir en nuestros hábitos de sueño, la secreción hormonal, los hábitos alimentarios y la digestión, la temperatura corporal, y otras funciones importantes del cuerpo. Un ritmo irregular está relacionado con diversas afecciones médicas crónicas: trastornos del sueño, obesidad, diabetes, depresión, trastorno bipolar y trastorno afectivo estacional.

La piel también baila a su propio ritmo 


Es importante conocer que el comportamiento de la piel, varía tanto de día como de noche. Es por ello, que debemos adecuar sus cuidados a los diversos ciclos que marcan el ritmo de nuestra vida.

Se ha demostrado que las células de la piel actúan armonizadamente, como si de un cuerpo de baile se tratase: Todos bailando al mismo ritmo y favoreciendo el ritmo. De igual forma, ha quedado evidenciado  que la actividad de regeneración de la piel es mayor por la noche, mientras que por la mañana la luz despierta a las células para que cambien el proceso regenerativo por un sistema de defensa.

En la mañana deben ponerse las cremas frescas, que hidraten tu piel y la protejan del sol. Al caer la noche, es el momento de usar cremas regeneradoras, exfoliantes y nutritivas y reafirmantes.

Dra. Ingrid Rivera / Clínica Unimel

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