El poder antifúngico de los aceites esenciales
Los llamados “aceites esenciales”, también conocidos como “esencias” resultan de la mezcla de sustancias aromáticas encargadas de dar olor a las flores.
En razón de sus múltiples usos en la farmacología, constituyéndose en la base de la “aromaterapia”, y son muy utilizados también en perfumería, cosmética, licorería, confitería, y sobre todo, en la industria de la alimentación y farmacéutica.
Además de las diversas cualidades en las áreas ya indicadas, destaca, en el campo de la farmacología, sus dotes y poder antiséptico (más no antibiótico), la cual se pone de manifiesto por su efectividad frente a un número importante de bacterias patógenas, lo que incluye algunas cepas de las denominadas antibiorresistentes.
De igual manera se han encontrado aceites muy activos para combatir hongos inferiores causantes de la micosis y cándidas (levaduras). Se ha comprobada su amplia efectividad para el tratamiento de micosis, ya que no solo acaba con la colonización fúngica, sino que restablece la inmunidad.
Entre sus grandes ventajas destaca que son anti infecciosos de amplio espectro. Actúan sobre distintos tipos de agentes patógenos a la vez: bacterias, virus, hongos y parásitos. Respetan la flora intestinal, estimulando el sistema inmunitario.
Pero no todos los aceites aromáticos, poseen esas cualidades. Se han identificado dos tipos, que pueden ser utilizados para el tratamiento de casi cualquier infección.
- Aldehídos aromáticos: Aquí encontramos las canelas de Ceilán y de China. Contienen como principio activo el trans-cinamaldehído, poseedor de una cualidad antibacteriana, la cual ha demostrado ser superior a la de muchos antibióticos convencionales. Al ser dermocáusticos, deben ser empleados a una concentración máxima del 10% por vía tópica y del 5% por vía oral.
- Fenoles: Su poder antiséptico es similar al de las canelas. Incluimos en esta clasificación al orégano, la ajedrea, el tomillo quimiotipo timol y el clavo, entre otros. Deben ser utilizados en una concentración de máximo 20% por vía tópica y al 10% por vía oral.
- Es importante resaltar que estos aceites esenciales de elevada potencia, están contraindicados durante el embarazo, la lactancia y en menores de 7 años. Así que hay que tomar las debidas precauciones al momento de su utilización.
En el caso de micosis leves, se recomienda el empleo de aceites esenciales más suaves, que también tienen características antifúngicas específicas. No tienen contraindicaciones y con olor agradable. Aquí se encuentran el geranio de Egipto, el lemongrass, el árbol del té, la palmarosa, el laurel, y muchos otros.
Dra. Zulay Rivera / Clínica Unimel
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