¿Sufre de rosácea? Azul o roja: Conozca cuál es la luz LED que más le conviene

Envejecimiento. Acné. Hiperpigmentación. Rosácea. Todo lo antes señalado y más, puede ser susceptible de ser tratado con la técnica de fototerapia LED, la cual emite un color diferente de acuerdo con lo que se desee hacer, el cual viene determinado de acuerdo a las diferentes longitudes de ondas, y actúa directamente sobre nuestra piel. Este es un proceso totalmente diferente al IPL o al láser tradicional, ya que el haz de luz no calienta la piel ni produce dolor. 

En lo que corresponde a la Rosácea, esta es tratada con LED Azul y LED Roja.  En el primero de los procedimientos, el rayo luminoso actúa conteniendo el desarrollo de la bacteria responsable de la Rosácea, logrando también minimizar la inflamación. Al aplicar el segundo de ellos,  se estimulan los fibroblastos, necesarios para la producción de colágeno y renovación celular, logrando asimismo un efecto cicatrizante en las lesiones.

Por otra parte, la luz roja actúa también como terapia de rejuvenecimiento cutáneo. Los infrarrojos emplean una larga longitud de onda, lo que les permite adentrase en las profundidades de la piel, y tratar la afección desde la raíz. Además, también controla los niveles de citoquinas, el factor de crecimiento, los mediadores inflamatorios, e incrementa la oxigenación del tejido. Los resultados saltarán a la vista, consiguiendo una piel más hidratada y rejuvenecida.

Para lograr una mayor eficacia, se recomienda la combinación entre las terapias con LED con antioxidantes nutricionales como la granada, que contiene ácido elágico o el té verde con epigallocatequinas. Además, debe complementarse con un tratamiento tópico con un sérum con vitamina C o SOD, para mejorar la renovación celular protegiendo del efecto negativo de los radicales.

Al ampliar la información acerca de la luz azul, nos encontramos con que está indicada en los procesos inflamatorios relacionados con el acné rosácea, por cuanto el haz frío ayudará a disminuir la inflamación y a mitigar las lesiones causadas por esta afección dermatológica. Al penetrar en la piel, el rayo azul producirá un radical de oxígeno que destruirá a la bacteria causante de la enfermedad. Como primer efecto está la franca y visible mejoría en la inflamación y rojez presente en la piel.

Para ayudar a su efectividad se recomienda el empleo de sustancias tópicas que serán activadas por efecto de la luz, potenciando el efecto del procedimiento, entre ellas ácido retinoico, peróxido de benzoilo o ácido salicílico.


Unas seis semanas de tratamiento, serán suficientes para comenzar a ver los resultados, y posteriormente sesiones de mantenimiento. En todos los casos, siempre consulta a un especialista. En Unimel, contamos con profesionales de la medicina dermatológica, siempre dispuestos a ofrecerles atención personalizada, de acuerdo a su afección. Agende una cita.

Dr. Víctor Ollarves/ Clínica Unimel

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